Texto inspirado en unas palabras del Dr. Marín: “La tristeza es una emoción maravillosa…”.
A veces la tristeza llega como marea baja: silenciosa, honesta, dejando al descubierto lo que solemos cubrir con prisa. No viene a hundirnos, sino a pedirnos pausa: mírate con calma, atiéndete. En un mundo que premia el brillo constante, concedernos sombra también es cuidado; no es un fallo, es profundamente humano.
Hoy, sin embargo, parece prohibida. El mandato de “estar bien” todo el tiempo —en redes, anuncios y conversaciones— se vuelve una jaula invisible. La evidencia sugiere que cuanto mayor es la presión social por ser felices, peor nos encontramos: la felicidad convertida en obligación erosiona el bienestar que promete (1).
Si la escuchamos, la tristeza cumple funciones nítidas. Desacelera, ordena prioridades, abre la puerta a pedir ayuda y convoca apoyo. Desde una perspectiva social y evolutiva, las emociones desagradables organizan la cooperación: señalan necesidades y fortalecen los vínculos cuando pueden ser acompañadas (2).
También afina la mente. Un ánimo triste —no incapacitante— suele volvernos menos impulsivos y más analíticos: en laboratorio, las personas con tristeza leve elaboran argumentos de mayor calidad y toman decisiones más cuidadosas que quienes están eufóricos (3).
A veces la tristeza se hace lágrima. Llorar no es debilidad, es regulación. Tiene bases neurobiológicas y también funciones sociales: comunicar que algo duele, pedir cercanía, recibir consuelo. No siempre “descarga” de inmediato; depende del contexto y de quién acompaña, pero el llanto tiene sentido y lugar (4,5).
¿Cómo relacionarnos con ella? No se trata de eliminarla, sino de darle un lugar digno. La aceptación emocional —hacer espacio a lo que aparece sin pelearse con ello— se asocia con menos sufrimiento y mayor flexibilidad. Enfoques como la Acceptance and Commitment Therapy ayudan a actuar según valores aun cuando la tristeza está presente (6–8).
Conviene distinguir: tristeza no es depresión. La tristeza es proporcional y transitoria; la depresión implica al menos dos semanas de síntomas (anhedonia, alteraciones del sueño o del apetito, culpa, ideas de muerte) y una interferencia clara en la vida diaria (9,10).
Cuando dejamos de glorificar la euforia continua, aparece otra brújula: la paz. La investigación diferencia entre bienestar hedónico (placer) y eudaimónico (sentido y coherencia). Vivir bien se parece menos a “estar arriba” todo el tiempo y más a habitar la propia vida con propósito, incluso con emociones cambiantes (11,12).
Quizá por eso la tristeza sea, como decía el Dr. Marín, maravillosa: porque nos devuelve a lo esencial. Nos saca del piloto automático, nos muestra dónde duele y nos orienta hacia lo que importa. No pide aplausos; pide compañía. Y acompañada, nos acerca —paso corto, respiración lenta— a esa felicidad que se parece tanto a la paz.
Si este texto te resonó y estás pasando un momento difícil, pide ayuda. Hablar con un profesional es un acto de cuidado. Si aparecen ideas de hacerse daño, busca atención inmediata.
Referencias
- Dejonckheere E, Rhee JJ, Baguma PK, et al. Perceiving societal pressure to be happy is linked to poor well-being, especially in happy nations. Sci Rep. 2022;12:1514. doi:10.1038/s41598-021-04262-z.
- Keltner D, Kring AM. Emotion, social function, and psychopathology. Rev Gen Psychol. 1998;2(3):320–342. doi:10.1037/1089-2680.2.3.320.
- Forgas JP. When sad is better than happy: Negative affect improves the quality and effectiveness of persuasive messages. J Exp Soc Psychol. 2007;43(4):513–528. doi:10.1016/j.jesp.2006.05.006.
- Bylsma LM, Gračanin A, Vingerhoets AJJM. The neurobiology of human crying. Clin Auton Res. 2019;29(1):63–73. doi:10.1007/s10286-018-0526-y.
- Gračanin A, Bylsma LM, Vingerhoets AJJM. Is crying a self-soothing behavior? Front Psychol. 2014;5:502. doi:10.3389/fpsyg.2014.00502.
- Dindo L, Van Liew JR, Arch JJ. Acceptance and Commitment Therapy: A transdiagnostic behavioral intervention for mental health and medical conditions. Neurotherapeutics. 2017;14(3):546–553. doi:10.1007/s13311-017-0521-3.
- Gloster AT, Walder N, Levin ME, Twohig MP, Karekla M. The empirical status of Acceptance and Commitment Therapy: A review of meta-analyses. J Contextual Behav Sci. 2020;18:181–192. doi:10.1016/j.jcbs.2020.09.009.
- Troy AS, Shallcross AJ, Mauss IB. A person-by-situation approach to emotion regulation: Cognitive reappraisal can help or hurt depending on context. Curr Opin Psychol. 2018;19:30–35. doi:10.1016/j.copsyc.2017.03.026.
- National Institute of Mental Health. Depresión (en español). Bethesda (MD): NIMH; 2025. Disponible en: https://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/depresion-sp
- World Health Organization. Depressive disorder (depression). Ginebra: WHO; 2023. Disponible en: https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/depression
- Ryan RM, Deci EL. On happiness and human potentials: A review of research on hedonic and eudaimonic well-being. Annu Rev Psychol. 2001;52:141–166. doi:10.1146/annurev.psych.52.1.141.
- Huta V, Waterman AS. Eudaimonia and its distinction from hedonia: Developing a classification and terminology. J Happiness Stud. 2014;15(6):1425–1456. doi:10.1007/s10902-013-9485-0.
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