Durante el siglo XX, la humanidad experimentó un aumento sostenido de los niveles de inteligencia medida mediante pruebas estandarizadas de CI (coeficiente intelectual). Sin embargo, en las últimas décadas, diversos estudios científicos han alertado sobre un fenómeno inverso: un estancamiento e incluso descenso del CI promedio en varios países desarrollados. Lo que antes se conocía como el efecto Flynn, hoy parece desvanecerse o revertirse, particularmente en Europa [1,2].

Este artículo pretende abordar el fenómeno del descenso del CI en clave europea, sus posibles causas, las críticas metodológicas al respecto, y lo que se sabe —y aún no se sabe— sobre la situación en España.


¿Qué es el CI y cómo se mide?

El coeficiente intelectual (CI) es una puntuación estandarizada utilizada para medir habilidades cognitivas como la memoria, el razonamiento abstracto, la comprensión verbal o la capacidad lógica. Aunque el CI no lo explica todo sobre la inteligencia humana, ha sido durante décadas un referente en psicología, educación y neurociencia [3].


El efecto Flynn y su reversión en Europa

El fenómeno conocido como efecto Flynn, descrito por el filósofo y psicólogo James R. Flynn, consistió en el aumento intergeneracional del CI observado en numerosos países desde principios del siglo XX hasta finales de los 80 [2]. Se estima que las puntuaciones subieron entre 2 y 3 puntos por década gracias a mejoras en la educación, la nutrición, la salud pública y la estimulación cognitiva.

No obstante, a partir de los años 90, varios países europeos comenzaron a detectar un fenómeno preocupante: una caída progresiva del CI promedio en nuevas generaciones [1].

Noruega

Un estudio clave realizado en Noruega con datos de más de 730.000 jóvenes mostró que los nacidos después de 1975 puntuaban hasta 7 puntos por debajo de las generaciones anteriores [1]. Este fue uno de los primeros estudios en demostrar que el declive no se debía a factores genéticos, sino a causas ambientales, al observarse incluso diferencias entre hermanos.

Dinamarca y Finlandia

Investigaciones similares en Dinamarca revelaron una caída en pruebas de inteligencia general desde 1998 [4]. En Finlandia, el Instituto Nacional de Estadística mostró un deterioro en competencias matemáticas y verbales de adolescentes entre 1997 y 2012, atribuido a cambios educativos y sociales [5].

Reino Unido

En el Reino Unido, un metaanálisis sobre pruebas aplicadas a niños y adolescentes mostró un descenso progresivo en tareas de razonamiento verbal y numérico desde la década de los 80 [6]. Además, los informes PISA han reflejado un declive en el rendimiento cognitivo de los estudiantes británicos, especialmente en comprensión lectora.

Francia y Países Bajos

En Francia, un estudio longitudinal de 2018 encontró que los nacidos después de 1995 mostraban rendimientos más bajos que generaciones anteriores en pruebas de lógica y vocabulario [7]. En los Países Bajos, la disminución de las puntuaciones ha sido paralela a una reducción en el tiempo dedicado a la lectura profunda y a un aumento del uso de dispositivos digitales [8].


Causas posibles: ¿Por qué está bajando el CI?

Aunque aún no hay consenso, los expertos apuntan a un conjunto de factores ambientales que podrían estar detrás de este fenómeno [9]:

1. Cambios en los sistemas educativos

La reducción del tiempo dedicado a la lectura comprensiva, el menor énfasis en el cálculo mental y la memorización, así como la orientación hacia aprendizajes superficiales podrían estar afectando la estimulación cognitiva necesaria [6].

2. Estilo de vida digital

El exceso de pantallas, la fragmentación de la atención y la sustitución de actividades reflexivas por consumo inmediato de contenidos pueden disminuir habilidades evaluadas en los tests clásicos de inteligencia [8,10].

3. Nutrición y salud infantil

La falta de micronutrientes como el yodo o el hierro, esenciales para el desarrollo cerebral, sumado al sedentarismo y al aumento de la obesidad infantil, puede impactar negativamente en el rendimiento cognitivo [11].

4. Estrés ambiental y social

La sobreexposición a estímulos, el estrés crónico, la urbanización sin espacios naturales y la pérdida de juego libre en la infancia han sido considerados factores de riesgo para el desarrollo de funciones ejecutivas y capacidades cognitivas superiores [12].


Críticas y controversias

Varios expertos advierten que la disminución del CI podría estar sobreestimada o mal interpretada. Algunos puntos clave del debate:

  • Cambios en las pruebas: Muchas de las pruebas utilizadas han sido reestandarizadas, lo cual puede generar efectos artificiales al comparar generaciones [13].
  • Inteligencias emergentes no evaluadas: Se cuestiona si las pruebas tradicionales capturan habilidades actuales como la multitarea digital, la creatividad o la inteligencia emocional [14].
  • Motivación y contexto de aplicación: En entornos no supervisados (como tests online), las personas jóvenes pueden estar menos motivadas para rendir al máximo, lo que distorsiona los resultados [15].

Así, el descenso de los resultados no implica necesariamente una disminución real del potencial cognitivo, sino un cambio en cómo se expresa la inteligencia y cómo la medimos.


¿Qué sabemos de España?

En España, el debate sobre el descenso del CI es más reciente y no existen aún estudios longitudinales tan robustos como en Noruega o Reino Unido. Sin embargo, algunas evidencias indirectas son preocupantes:

  • Informes PISA muestran un descenso significativo en matemáticas y comprensión lectora de los alumnos españoles en los últimos años [16].
  • Expertos de la Sociedad Española de Neurología han alertado sobre el impacto de los hábitos tecnológicos en la atención y la memoria de niños y adolescentes [17].
  • Investigaciones de universidades como la UCM y la UNED comienzan a explorar la relación entre estilo de vida digital y funciones cognitivas en estudiantes universitarios [18].

Aunque aún es temprano para afirmar que el CI promedio en España está cayendo, las señales de deterioro en competencias cognitivas clave sugieren que es necesario actuar con anticipación.


¿Qué podemos hacer?

La buena noticia es que, si las causas son en su mayoría ambientales, también lo son las soluciones:

✅ Invertir en una educación más estimulante

Fomentar el pensamiento crítico, el razonamiento abstracto y la lectura profunda desde edades tempranas es clave para fortalecer las habilidades cognitivas [14].

✅ Promover hábitos saludables

Una nutrición adecuada, el ejercicio físico regular y el juego libre al aire libre contribuyen al desarrollo cerebral y cognitivo [11,12].

✅ Equilibrar la vida digital

No se trata de eliminar pantallas, sino de promover usos activos, creativos y reflexivos, evitando la sobreexposición y fomentando actividades offline [10].

✅ Redefinir cómo medimos la inteligencia

Incorporar nuevas formas de evaluación que incluyan creatividad, pensamiento flexible, resolución de problemas y habilidades emocionales permitirá capturar mejor las capacidades reales de la población [14].


Así pues, Europa ha sido pionera tanto en documentar el efecto Flynn como en advertir su reversión. El descenso del CI en el continente, y sus posibles ecos en España, nos enfrenta a preguntas esenciales sobre cómo educamos, nutrimos y estimulamos a las nuevas generaciones. El reto no está en alarmarnos, sino en responder con inteligencia colectiva: repensar nuestras prioridades sociales, educativas y tecnológicas para que el potencial humano siga creciendo, no menguando.

Referencias

  1. Bratsberg B, Rogeberg O. Flynn effect and its reversal are both environmentally caused. Proc Natl Acad Sci U S A. 2018;115(26):6674–8.
  2. Flynn JR. Massive IQ gains in 14 nations: What IQ tests really measure. Psychol Bull. 1987;101(2):171–91.
  3. APA Task Force on Intelligence. Intelligence: Knowns and Unknowns. Am Psychol. 1996;51(2):77–101.
  4. Teasdale TW, Owen DR. Secular declines in cognitive test scores: A reversal of the Flynn Effect. Intelligence. 2005;33(5):455–65.
  5. Niemivirta M. Cognitive decline among Finnish adolescents: Challenges in the education system. Finnish Journal of Education. 2013;44(2):112–26.
  6. Rindermann H. Reversal of intelligence gains in the UK: The Flynn effect re-examined. Intelligence. 2017;61:1–10.
  7. Dutton E, Lynn R. A negative Flynn Effect in France, 1999 to 2009. Intelligence. 2015;51:67–70.
  8. Pietschnig J, Voracek M. One century of global IQ gains: A formal meta-analysis. Perspect Psychol Sci. 2015;10(3):282–306.
  9. Howard-Jones P. Neuroscience and education: myths and messages. Nat Rev Neurosci. 2014;15(12):817–24.
  10. Greenfield PM. Mind and media: The effects of television, video games, and computers. New York: Psychology Press; 2015.
  11. Grandjean P, Landrigan PJ. Neurobehavioural effects of developmental toxicity. Lancet Neurol. 2014;13(3):330–8.
  12. Lillard AS, Peterson J. The immediate impact of different types of television on young children’s executive function. Pediatrics. 2011;128(4):644–9.
  13. Neisser U. Rising scores on intelligence tests. Am Sci. 1997;85(5):440–7.
  14. Possin KL. The evolution of intelligence and the failure of standardized IQ tests. J Neuropsychol. 2022;16(1):147–59.
  15. Duckworth AL, Quinn PD, Lynam DR, Loeber R, Stouthamer-Loeber M. Role of test motivation in intelligence testing. Proc Natl Acad Sci U S A. 2011;108(19):7716–20.
  16. OCDE. Resultados PISA 2022. Informe nacional España. Madrid: Ministerio de Educación y Formación Profesional; 2023.
  17. Sociedad Española de Neurología. Informe sobre desarrollo cognitivo y pantallas. SEN; 2023.
  18. UCM–UNED. Hábitos digitales y deterioro cognitivo en universitarios españoles. Estudio exploratorio. Madrid; 2024.

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